Esta es una de las interrogantes más comunes en el momento en el que se descubre una infidelidad, la cual se acompaña de un estado de negación en la persona ofendida, donde surgen expresiones tales como; ¡no puedo creerlo, no puede ser cierto!, ¡no entiendo porque lo hizo, estábamos tan bien!.  La negación se dice que es tan normal y lógica pues como mecanismo de defensa busca reducir el impacto emocional, sin embargo hay personas que se mantienen en este estado durante varias semanas o meses, incluso justificando la propia conducta de la persona que cometió la infidelidad.

El estado de confusión que surge coloca a la persona que ha sido traicionada en una posición de ambivalencia, por un lado desea continuar con la relación como una estrategia para amortiguar el dolor experimentado, pero por otro desea terminar la relación por el sentimiento de desplazamiento que experimenta, el cual afecta principalmente al ego, que activa pensamientos como ¿por qué se fijo en esa otra persona?, ¿qué vio en esa otra persona que no encontró en mí?, ¿será que ya no me quiere o que no le gusto?, preguntas que dicho sea de paso afectan lentamente su propia autoestima. La ambivalencia entre seguir o no muchas veces incluso se contamina de comentarios externos a favor o contra de la continuidad de la relación por lo que ante esta ambivalencia es mejor no tomar una decisión precipitada hasta que el dolor emocional no esté a flor de piel.

Pero, ¿vale la pena continuar en la relación?

Son miles las parejas que después de una infidelidad han establecido estrategias para fortalecer su relación, identificando áreas de oportunidad que requieren ser potencializadas que les permita incluso restituir la confianza que se lesiona después de un proceso como este.

El continuar en la relación es una opción que depende por un lado de la actitud que tenga la persona que cometió la misma infidelidad, es decir, si hay un deseo de cambio y un real arrepentimiento ante el evento, mientras que por otro lado la continuidad de la relación depende del significado que la persona traicionada le asigne a la relación, razón por la cual se puede afirmar que el significado determina el replanteamiento de la relación.

Perdonar es un proceso…

Culturalmente nos han hecho creer que perdonar es olvidar, viendo el perdón como un acto aislado o una decisión que se toma de un momento a otro, sin embargo el perdón no es un evento es un proceso en el cual se debe ir sanando las heridas emocionales generadas y esto no se hace de un día para otro, más cuando esas heridas se arraigan en el alma debido al impacto asociado.   Tal vez nos podría ayudar en este sentido comprender el verdadero significado del perdón: eximir a una persona de las consecuencias merecidas por un acto en el que ha generado un daño, lo que refleja que no tiene relación con lo que se siente sino con simplemente el hecho de no generar venganza sobre la otra parte, de ahí que el proceso depende del cómo se manejan las emociones displacenteras generadas por la traición.

Ideas para recordar si la relación se busca restaurar

No existen fórmulas para propiciar esa restauración aunque se podría decir que si hay principios generales que deben ser considerados: (continue reading…)